Nuestro abuelo Pere Cirer Pou tuvo la iniciativa de comenzar su andadura, junto a su esposa, de seguir con el laboreo de tierras de una forma poco convencional para la época.
Y es que en los años 30 estaba instaurado el sistema feudal, en el que la gran mayoría de payeses trabajaban las tierras en régimen de aparcería.
Sin embargo, nuestro abuelo apostó por arrendar tierras y disponer libremente de sus frutos. Tierras en las que rápidamente construyó un molino de viento y un pozo para poder regar los cultivos.